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Margaret Calvert: la mujer que inventó
las señales de tráfico de Gran Bretaña

Por Homa Khaleeli  (nota original en inglés, diario on-line The Guardian)

En la década de 1960, Margaret Calvert diseñó un nuevo sistema
de señalización para las carreteras del Reino Unido.
Cincuenta años después, ella explica cómo hizo “... posiblemente
el mayor trabajo de diseño gráfico de la historia” y por qué
sigue obsesionada con él.


Una señal en la salida 26 de la autopista M1.
FOTOGRAFÍA: David Sillitoe


Margaret Calvert considera que conducir por la autopista es una experiencia exasperante. No son aquellos que conducen pegados a su auto o el tráfico lo que exaspera a esta diseñadora de 79 años de edad, sino las señales. “Ha sido una pesadilla toda mi vida”, —dice riendo, medio en broma— “Yo siempre estoy pendiente de ver si algo no está bien hecho, que los espacios estén mal, por ejemplo”.


Hace más de medio siglo, Calvert, junto con su colega Jock Kinneir, tomó lo que él llamó “...posiblemente el mayor trabajo de diseño gráfico de la historia”; la creación de un nuevo sistema de señalización para las carreteras de Gran Bretaña.


Calvert estaba recién egresada de la Escuela de Arte de Chelsea (donde Kinneir había sido su tutor) cuando a ambos se les pidió diseñar las señales de tráfico para la primera autopista del Reino Unido. Elegantes y modernas, convirtieron a las señales “un lenguaje común” con Europa, tenían un código de colores, eran fáciles de leer conduciendo con velocidad (el límite de 70 mph aún no existía); se caracterizaron por ser únicas y claras.


Más tarde, cuando el gobierno se preocupó por el estado de las carreteras de la nación —cuyos signos eran un revoltijo de palabras, fuentes y estilos— se le pidió al dúo hacer lo mismo para todas las carreteras nacionales.

Hoy en día, sus triángulos de advertencia de niños que cruzan o superficies resbaladizas y círculos que prohíben giros a la derecha, se han convertido en una parte integral del paisaje nacional de ese país; es difícil imaginar una época en que no existían. Aunque no tengan el glamour de otros diseños británicos icónicos, es fácil ver la impresionante simplicidad de sus flechas, y la sorprendente belleza de sus ciervos corriendo.

Actualmente su trabajo recibe un homenaje por el 50º aniversario en el Design Museum. Cincuenta artistas y diseñadores, de Terence Conran a Betty Jackson, han hecho sus propios signos, y Calvert está planeando perforar un cartel con 50 agujeros de bala. La idea se le ocurrió después de que se enteró que los gángsters los utilizan como prácticas de tiro. “Para ser sincera" —me dice— “significa: ¡no disparar a las señales de tráfico!"


Hablando en su estudio de Islington acerca de cómo el dúo eligió el azul cielo de las señales de autopista (un color recesivo que encaja muy bien en el paisaje) o de las familias tipográficas que crearon (
Transport y Motorway ), Calvert es infaliblemente modesta.


Especímen de la tipografía TRANSPORT, diseñada por Calvert y Kinneir.

« Nunca decidimos, “ Vamos a crear la marca del Reino Unido ” —dice ella— “pero como con los taxis negros y autobuses rojos de Londres ...” » —se calla, sin pretensiones para continuar.

En el momento, ni Calvert ni Kinneir podían conducir, pero ella dice que esto nunca importó. “Se pensaba en todo, desde el punto de vista: ¿Qué pasa si estoy al volante, haciendo velocidades de más de 70 mph? ”

Anteriormente, habían trabajado en las señales y los gráficos del aeropuerto de Gatwick, ya que Kinneir vio el entusiasmo de Calvert en la escuela de arte. Calvert comenzó a estudiar en los primeros tiempos que él estaba enseñando, y “trabajó intensamente” en los proyectos que él le dio. “Me gusta la idea de diseñar para el gran público ... El diseño es un servicio”,—explica. “El término diseño gráfico no existía entonces. Lo llamaban arte comercial. El diseño no debe ser visto desde el punto de vista de la moda; es puramente lógica, función y estética. Así de simple”.

Las letras y tamaños fueron probados - a veces con aviadores en un campo en Oxfordshire como sujetos de prueba. “Pusieron las señales en un coche, y los aviadores estaban sentados en una plataforma. Ellos tenían que decir cuándo podían leer las palabras en él, mientras conducían hacia ellos”, explica.

 

Calvert y Kinneir entonces tenían que presentar sus señales a un comité. “Fueron bastante desagradables con una que yo había hecho: el paso de peatones”, —recuerda con una sonrisa— “Ellos dijeron que se veía como un buzo saliendo del mar. Yo había calculado una proporción equivocada de la cabeza con el cuerpo”.

Incluso ahora ella dice que no está conforme con ese diseño, quejándose de un detalle de un puño, y deseando haberlo ajustado aún más.

  “La señal más difícil, pero la más satisfactoria, —dice,— es la de los niños que cruzan. La primera señal de escuela era una antorcha, entonces un niño, seguido de una chica con una mochila parecía de escuela secundaria de elite. Yo quería que se viera más inclusiva. Y quería que inspirara más cuidado así que hice que la niña guíe al niño. Pero necesitaban tener algo urgente al respecto”.

Calvert y Kinneir en los años sesenta.

Calvert dice que, si bien las señales de un solo sentido y las direcciones se hicieron con las flechas, ella no quería que los pictogramas fueran abstractos. “Yo quería que fueran más humanos, figurativos. Creo que tienen más personalidad.” Ella se basó para aquella famosa niña en fotos de sí misma de pequeña —aunque un poco más rechoncha, y el pictograma de la vaca en un animal llamado Patience de la granja de su prima.

Aunque aclamado como uno de los clásicos del diseño hoy en día, la reacción en ese momento no era del todo positiva. Calvert ríe mientras recuerda cómo gran parte de la cobertura de su trabajo fue empujada fuera de las portadas para dar paso a las noticias del
caso Profumo.

“Hubo una gran reacción de los tradicionalistas contra las tipografías y el tamaño de las señales”, dice ella. Sin embargo, otros diseñadores aprobaban su modernidad, aunque hubo bromas: decían que la señal de carreteras desiguales era una imagen de los senos Diana Dors, y la de obras viales parecía un hombre abriendo un paraguas.

La primera vez que condujo a lo largo de un tramo de autopista sin abrir para ver las nuevas señales, Calvert se emocionó. “Recuerdo que era un hermoso día de otoño” —dice ella— “con un cielo azul intenso”.

El dúo continuó diseñando todo, desde el NHS hasta la British Rail . “Tal vez si Corbyn nacionaliza los ferrocarriles, los traería de vuelta?” —dice, soñando—. Pero sus servicios no fueron mantenidos por el Ministerio de Transporte, y las continuas modificaciones de las señales de tráfico son una meticulosa espina que Calvert tiene clavada.

“Jock me dijo que las señales colgarían de mi cuello por el resto de mi vida, y tenía razón!”


(TRADUCCIÓN: DG Sofía Chouza)


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